
Seguro que a Kim no se le ha pasado este y muchos otros datos históricos por alto. De las imágenes podemos extraer que la celebre estrella ha debido estar muchos días estudiando los usos y costumbres de los muniqueses para que a su llegada a la OktoberFest, ningún detalle de la fiesta se le pasara por alto.
Por supuesto son tan fundamentales tanto el vestido que luce (el típico Dirndl) como la cerveza y el dulce de extraña forma que muestra con gran orgullo. Si no fuera porque sé quien es, diría que es una alemana más. Y tampoco se ha de dejar pasar la postura que adopta para posar en la foto con la que consigue mimetizarse completamente en el entorno cervecero.
A pesar de la felicidad de la que hace gala siempre hay algo que no lo hace todo perfecto. Como comentaba anteriormente, su madre la está acompañando en este periplo festivo. Pero parece ser que la señora aún está más inmiscuida en el ambiente que la propia Kim quien confiesa que está algo avergonzada porque su madre no se quita el Dirndl ni para las entrevistas. Avergonzarse de una madre es muy feo, Kim. Y aún más si lo dices enseñando una cerveza.
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